Cuando Batman No Puede Salvar Al Mundo

Alguna vez tienes que ser el raro del grupo. El que prefiere el baloncesto al fútbol, el que nunca se ha leído "Moby Dick", el que se baja esos discos raros de Israel Kamakawiwo'ole, el que forma parte de ese 6 por ciento a los que "El Caballero Oscuro" no le ha parecido la mejor película de todos los tiempos.
Hollywood ha dado un paso adelante. Lo ha hecho con la imaginería fílmica del prestigioso Cristopher Nolan y desentendiendose de la concepción tradicional que el espectador puede tener sobre una película de super-héroes. Batman, de hecho nunca lo fue. No trepa por las paredes, ni vuela con una capa roja, ni conoce el significado de la kriptonita. Tampoco lleva los gayumbos por encima del traje de cuero. La absoluta indiferencia con la que el público recibió la resurrección cinematográfica de Superman en la por otro lado reivindicable "Superman Returns: El Regreso" marcó sin proponérselo un interesante cambio de rumbo en los gustos de la audiencia. Como si de repente, los espectadores nos hubiésemos hartado de las aventuras de un puñado de freaks con super poderes empeñados en salvar el mundo una y otra vez. La audiencia comenzaba a demandar héroes de carne y hueso. Héroes capaces de sangrar, tener hematomas y que acusaran la falta de sueño. Es ahí donde entra Nolan.

La irrupción de Cristopher Nolan en la saga de Batman con la sorprendente "Batman Begins" reinventó el cine de super-héroes, tomando como material de partida los seriales mas oscuros del hombre murciélago y jugando con un hiper-realismo cinematográfico que lejos de restar espectacularidad al conjunto, reforzaba cada uno de sus pasajes. "El Caballero Oscuro" es la continuación lógica de aquella y punto y a parte definitivo en el género. La película indaga por primera vez en la importancia de la máscara, ya sea de cuero o no, que forja la imagen del super-héroe. También en la necesidad de arrancársela después de tantas batallas. Las consecuencias que conlleva y que eres incapaz de controlar. De como, a veces, no puedes salvar al mundo.

Ese es precisamente el eje principal de "El Caballero Oscuro", como a pesar de ser un super-héroe con traje de cuero, eres incapaz de salvar a la persona que mas quieres. Como, a pesar de ser un super-heroe, es imposible controlar las consecuencias de tus actos y Joker es, claro está, producto y consecuencia de la existencia de Batman. M. Night Shaymalan ya nos lo explicaba de forma maestra en "El Protegido". Todo héroe, necesita a su némesis y muchas veces, como ilustra Nolan, es el mismo héroe el que termina convirténdose en villano. "El Caballero Oscuro" disecciona con ampulosa precisión la necesidad de ambas figuras: héroe y villano y como el uno no puede subsistir sin el otro. Lo hace con la espectacularidad que se espera pero sin renunciar al acercamiento psicológico. Descubriendo los rotos en el traje de Batman, señalando la corrupción de los organismos públicos y la mediocridad moral de sus ciudadanos. Se asoma sin miedo al reverso oscuro de sus protagonistas y resalta la necesidad última que nuestra sociedad tiene de un héroe que asegure que todo va a ir bien.

Para bien o para mal Cristopher Nolan se ha cargado el género de super-héroes tal y como lo entendíamos y desde luego, a partir de ahora todo será mucho mas aburrido. Hollywood funciona mediante la fotocopia y el calco y mucho me temo que las nuevas cintas de acción tenderán al exceso psicológico. "El Caballero Oscuro", como obra capital del género ha abierto la veda a una nueva forma de aproximarse a la figura del héroe. No es una película perfecta. Sus mas de dos horas y media son una losa difícil de soportar y no hay secuencia que justifique un travelling circular. Me estremece la escenificación del caos que monta Nolan y sus planos suspendidos en una Gothan inaudita, la música de Hans Zimmer y James Newton-Howard subrayando los momentos mas terribles y las cicatrices en el rostro del Joker. También me aburre el retablo familiar y su trascendencia final. Aún así, ya me imagino una tercera entrega de "Los 4 Fantásticos" que analice el trauma psicológico de La Cosa cada vez que tiene necesidades sexuales.

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